Se trata de una edición digital de psicoanálisis vinculada
al Foro Analítico del Río de la Plata (FARP) que consiguió llegar al tercer
número, instalarse y seguir, interlocutando con diversas instancias y
prácticas, como cuenta uno de sus directores, Martín Alomo.
Psicoanalista, doctor y profesor de Psicología por la Universidad de Buenos Aires (UBA) donde también es docente, entre sus libros figuran Clínica de la elección en psicoanálisis, La elección irónica, Estudios clínicos sobre la esquizofrenia y La estructura del insulto, todos publicados por la editorial Letra Viva.
T : ¿En qué consiste o cuál es la especificidad del proyecto Nadie
duerma?
A : Nadie duerma es, básicamente, una revista de
psicoanálisis. Y la idea, que me parece que a esta altura ya está bastante
lograda, es que sea lo más inclusiva posible. En Nadie duerma incluimos,
en primer lugar, producciones de miembros del Foro Analítico del Río de la
Plata, otros foros de psicoanálisis integrantes de la Escuela del Campo
Lacaniano, pero también de colegas que no pertenecen a la institución. En el
número 3, recién salido, incluimos una sección nueva que titulamos Príncipe
Calaf, continuando el espíritu del título de la revista. En Príncipe
Calaf se pueden leer contribuciones excelentes de autores no sólo
externos al Foro, sino incluso no analistas. Y este es un sesgo fuerte que nos
interesa para Nadie duerma: que se constituya en un espacio
inter-discursivo, que pueda dialogar con distintas expresiones de la cultura.
T : Mártires del inconsciente es una apertura lo
suficientemente sugestiva como para que el lector desee una pequeña ampliación.
¿Podría ser?
A : Mártires del inconsciente es un modo alusivo, aunque
bastante directo para la comunidad analítica, de anunciar desde el título que
el número 3 de Nadie duerma está dedicado a la clínica de las
psicosis. El inconsciente, eso que habla solo en cada uno, ese saber no sabido
que, sin embargo, nos sabe y nos determina, en algunas subjetividades en
particular, impacta sobre el sujeto de modo crudo, sin la mediación del
mecanismo represivo ni la disposición de la cadena significante en su función
de atenuante del trauma de la lengua poniendo en juego el espacio entre
significantes, el intervalo. Un inconsciente así, a cielo abierto, da
testimonio de un sujeto atormentado por los fenómenos del significante
desencadenado que se le imponen, martirizándolo.
T : Es más , sobre la palabra mártir, ¿qué más puede decirse?
Este mundo está saturado de mártires imaginarios, mártires de la razón de
Estado, etcétera. Pero ¿qué hay de los mártires?
A : Mártir, además de referirse al que padece por una causa política,
religiosa, etcétera, en general por un ideal, en su etimología remite a la idea
de testigo. Por eso los mártires son los testigos. Podríamos decir que los
testigos de Jehová, por ejemplo, vendrían a ser los mártires de Dios.
El sujeto psicótico, de alguna manera y considerado en el aspecto de la
pasivización que le induce la estructura, es no sólo el sufriente del
inconsciente y en tal sentido su mártir, sino también su testigo. Él es quien
da testimonio de la existencia de la estructura. Basta participar de una
presentación de un paciente psicótico en el dispositivo analítico diseñado para
tal fin, para comprender a qué se refería Lacan cuando decía que la psicosis es
lo que mejor nos enseña qué es la estructura del significante.
T : La revista tiene una fuerte interlocución con la psiquiatría. Supongo
hay muchas razones. ¿Cuál es la ustedes?
A : La revista tiene una fuerte interlocución con la psiquiatría, pero también
con la filosofía, con la lingüística y con la literatura. Para ello basta leer
los excelentes trabajos de Colette Soler y su mirada socio-política de la
relación entre el psicoanálisis y los discursos actuales; de Vanina Muraro y su
abordaje del significante por el lado de la lingüística; de Silvia Agosto y su
análisis literario en clave analítica, etcétera.
T : ¿Cómo pensar la práctica analítica en el mundo contemporáneo, estragado
por la caída de los semblantes, la deriva compulsiva y el equivalente general
también caído sobre la mayoría de los sujetos?
A : Lo primero que se puede decir es que no es fácil. No es tarea fácil pensar
las condiciones del análisis en la actualidad. Y a la vez es muy fácil: se
trata de propiciar las condiciones de posibilidad del dispositivo analítico.
Para esto, lo primero de todo es que haya analistas. Es decir, que haya analistas
idóneos, serios en su formación, lo cual comienza siempre por su análisis
personal llevado hasta las últimas consecuencias, y la participación en lazos
específicamente adecuados para la formación del analista. En este punto, Nadie
duerma reúne las condiciones de ser una revista de psicoanálisis dirigida,
pensada y llevada adelante por un grupo de analistas pertenecientes a uno de
esos lazos analíticos bien específicos, como es la Escuela. Una vez que haya
analistas, cada uno hijo de su época pero también resultado de sus análisis, lo
que cada uno de ellos pueda hacer con las condiciones particulares de cada
consultante para propiciar su entrada en el dispositivo debería ser objeto de
estudio y discusión para cada caso. Cuando el regodeo en las compulsiones siempre
insatisfactorias encuentre a un sujeto cansado de insatisfacerse de ese modo;
cuando la caída de los semblantes empujen al sujeto hacia el nihilismo o hacia
el cinismo -narcinismo ha dicho Colette Soler, produciendo una contracción
neológica entre narcisismo y cinismo- y, finalmente, el sentimiento de vacío o
el ánimo depresivo inunde la vida del auto-erotismo solipsista de nuestros
tiempos, siempre quedará aún la alternativa de consultar a un analista. Allí el
sujeto hastiado, desencantado, deprimido, aplastado por la oferta de goces a la
mano en cada esquina y aun así insatisfecho, podrá encontrar un partenaire
novedoso para los síntomas que lo tienen agarrado, aun cuando no lo sepa, de
sus partes más íntimas.
Fuente: Télam.
www.nadieduerma.com.ar

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